Cofradía de la Tercera Orden

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La Almunia de Doña Godina

PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO

cuaresmaLa Cuaresma llega, tras la imposición de la ceniza, con sentido de penitencia pública. Es momento de reflexión y oración, de limosna y de preparación, -y no solo de lo material: peanas, pasos, cruces, faroles, túnicas, terceroles y capirotes, cornetas, tambores y bombos… Es momento de “quemar” todo lo malo, lo inservible, lo indeseado. Es momento de “ayuno” , de privarnos de…

La ceniza simboliza caducidad y fragilidad. Si la Cuaresma empieza en el Jueves Santo y concluye con la luz de la Vigilia de la Pascua; si la cuaresma se significa con la cruz y la entrega, concluye con la Resurrección. El perdón es otra de las dimensiones esenciales de la Cuaresma.

El domingo de Ramos sirve de pórtico triunfante y doloroso; el Jueves nos evoca la Institución de la Eucaristía y el mandamiento del amor; el Viernes se polariza en el misterio de la cruz y muerte del Señor.

Junto a estas celebraciones litúrgicas, el pueblo ha buscado su visión de la Semana Santa, que de una forma sencilla -y a veces folklórica- se ha centrado en unas representaciones históricas y en unas manifestaciones procesionales.

Habitualmente, el ingreso en una Cofradía está motivado por iniciativa familiar (es normal inscribir muy pronto al hijo /a) o por amistad durante la infancia y la juventud. A lo largo de la historia es notable el carácter cerrado de la Cofradía, a la cual sólo pertenecían los descendientes (hijos o nietos). El hijo que así lo quisiera podría ocupar el lugar del padre o del abuelo en la lista e incluso el sitio en la formación del paso. El padre o abuelo se “responsabilizaba” de la formación e integración del nuevo cofrade. Hoy en día, el carácter de la Cofradía en este aspecto, ha cambiado mucho y está totalmente abierto.

La Semana Santa para un cofrade, no debe durar de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección. El día a día del cofrade debería estar estrechamente vinculado a la Cofradía, cuyos reglamentos obligan a un modo y un estilo social de vida acorde con el ser católico y cofrade. Además de un compromiso religioso, el preciado legado, muchas veces heredado generacionalmente, condiciona una integración particular en la vida familiar y social.

Incluso seguirá siendo cofrade cuando muera, -antiguamente, al fallecer se velaba al cofrade y se le acompañaba hasta la iglesia, (pasados unos días la Cofradía ofrecía una misa por su alma),-; Obligación esta última que perdura actualmente.

Ángel Gil, Marzo de 2004

Categorías: Rincón Cofrade

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